El Castillo de Neuschwanstein es uno de los monumentos más famosos de Alemania y una verdadera joya arquitectónica. Ubicado en lo alto de una colina en la región de Baviera, este castillo fue construido por el rey Luis II de Baviera en el siglo XIX como una muestra de su amor por el arte y la cultura.
La historia de este monumento comienza en 1868, cuando el rey Luis II de Baviera decidió construir un castillo en honor al compositor Richard Wagner, uno de sus grandes ídolos. El rey estaba obsesionado con la idea de crear un edificio que combinara elementos de la Edad Media con la estética romántica del siglo XIX, y así fue cómo nació el proyecto del Castillo de Neuschwanstein.
Fue diseñado por el arquitecto Christian Jank, quien trabajó en colaboración con el rey para dar vida a su visión, y construido utilizando técnicas y materiales tradicionales, como la piedra y la madera, y cuenta con numerosas torres y torretas que lo hacen parecer sacado de un cuento de hadas.
Desafortunadamente, su creador nunca llegó a ver su obra maestra terminada. En 1886, después de años de construcción y gastos exorbitantes, el rey fue declarado demente y fue arrestado por el gobierno bávaro. Esa misma noche, fue encontrado muerto en circunstancias misteriosas en el lago Starnberg, cerca de Munich.
Dicen también que el castillo de Disney está inspirado en él; pero más allá de las películas infantiles y del universo de las princesas, esta construcción merece la pena ser visitada y disfrutar, además, de un entorno único.
El pasillo natural que te lleva hasta sus puertas o el puente construido para contemplarlo al completo por su parte trasera completan uno de los monumentos más visitados de Alemania.
