Los recursos humanos, el verdadero trabajo de las empresas

Dicen que, si los trabajadores de una empresa están bien, los clientes tendrán un magnífico servicio. Es por ello que muchos defienden que el verdadero trabajo de los directivos es el equipo, su día a día, la motivación, la productividad del mismo… y, por eso, son tan importantes aquellas herramientas que facilitan un buen ambiente de trabajo y ponen de manifiesto el potencial de los empleados, tanto de forma individual como en el trabajo en grupo.

Las dinámicas de equipos (conocidas desde hace un tiempo como team building) son quizás la herramienta más adecuada para extraer información de las personas que conforman una empresa, sus roles, sus habilidades, sus aptitudes y actitudes, su forma de relacionarse con el entorno, etc.

Es cierto que el team building se aplica a demasiadas cosas hoy en día, pero, para NORDUR, una buena actividad de este tipo debe aunar en su justa medida la carga lúdica y la carga de trabajo.

 

 

Aunque cada empresa tiene unas particularidades específicas, los cambios producidos en las organizaciones a causa de la crisis del Coronavirus han generado algunos problemas, especialmente, en las relaciones entre compañeros, incidiendo directamente en la productividad y la eficiencia de las organizaciones.

Por su parte, Ingelectus, una empresa joven y que otorga un gran valor al equipo, y su anticipación por “la vuelta a la normalidad” en la empresa tras hacer turnos de trabajo y teletrabajo por equipos, le llevó a confiar en NORDUR para poner en marcha una dinámica que ayudara a volver a estrechar lazos entre compañeros y a generar ese buen rollo cercano con el que siempre contaba.

Para ello, NORDUR desarrolló una dinámica específica dividida en tres fases de trabajo, cada una de ellas con un objetivo diferente: romper el hielo y generar cercanía y buen ambiente, aumentar el conocimiento sobre la empresa y sus valores y conocer la percepción de los trabajadores sobre la entidad.

El team building cumplió sus expectativas y sirvió para afianzar relaciones entre compañeros que llevaban más de un año sin compartir a la vez espacio físico. Para Ingelectus fue una experiencia que refutó el valor que otorga el equipo al factor humano y por el que siempre apuesta.

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