Si viajas a la capital sueca, no puedes perderte la que quizás sea la escultura más entrañable y curiosa con la que te vayas a topar en Europa.
Se trata del Järnpojken o el «niño de hierro», una estatua de bronce que representa a un niño pequeño sentado que abraza sus piernas y que está ubicado en una calle estrecha del centro de Estocolmo.
Mide sólo 15 centímetros de altura y fue creada por el escultor Liss Eriksson en 1967. Sin embargo, su historia se remonta a más de 350 años atrás.
Se dice que el Järnpojken fue inspirado por un niño real llamado Johan «Jocke» Käll, quien vivía en Estocolmo en el siglo XVII. Jocke era conocido por su pequeña estatura y su habilidad para trabajar el hierro. Según la leyenda, cuando Jocke murió a los 10 años, su padre hizo una estatua de bronce en su honor y la colocó en la calle donde solía jugar.
Aunque esta leyenda no ha sido confirmada, se cree que la estatua de Järnpojken ha estado en su ubicación actual en la calle Lilla Nygatan desde el siglo XVII. Durante muchos años, la estatua era poco conocida fuera de Estocolmo, pero en la década de 1950, su popularidad comenzó a crecer entre los turistas que visitaban la ciudad.
Hoy en día, el Järnpojken es una de las atracciones más populares de Estocolmo. A pesar de su pequeño tamaño, la estatua es un símbolo importante de la ciudad y ha sido objeto de muchas historias y leyendas a lo largo de los años. Es común ver a los turistas frotar la cabeza del Järnpojken para obtener buena suerte o tomar fotos con él como recuerdo de su visita a Estocolmo.